Normas obligatorias en el uso de dispositivos electrónicos en Educación. ¿Por qué hemos llegado a tal punto que los colegios deben fijar normas contra el uso de dispositivos electrónicos en los centros?
Estos días todos los padres pasamos por la tradicional primera reunión de principio de curso en el colegio de nuestra prole. Ya saben ustedes: charla conjunta en el salón de actos y luego cada grupo a su clase para presentación del tutor/a, establecimiento de pautas del curso y recordatorio de la normativa del centro.
Precisamente sobre este último asunto, me ha llamado la atención, en positivo, el endurecimiento de la normativa del colegio sobre el uso de dispositivos tecnológicos en el centro:
“A los alumnos no les está permitido utilizar el teléfono móvil ni otros aparatos electrónicos (cámaras, ipod, ordenadores portátiles…) en todo el recinto escolar. En caso de necesidad, el uso del móvil estará condicionado al permiso de los profesores. El incumplimiento de esta norma supondrá la retirada del aparato, que se entregará a los padres de las 16:00 a las 17:30 en la portería. La primera vez, quedará retenido hasta el viernes de la semana siguiente; la segunda vez, se retendrá durante un mes; la tercera vez, dos meses, y así sucesivamente”
Seguro que a más de uno de los que lean esta entrada (espero, de verdad, que sea más de uno) no le sonará a nuevo esa norma que he trascrito. Pese a que desde hace años los Colegios, con muy buen criterio, persiguen el uso de estos dispositivos en los centros, lo cierto es que en muchos de ellos –y el de mis hijas no es una excepción- se presentan cada vez con mayor asiduidad, por desgracia, problemas de los serios relacionados con el uso de estos dispositivos que todos ustedes pueden imaginar: desde el que chatea durante la clase, pasando por el que sube fotos del profe a la red o de los compañeros de clase… a lo que quieran, que en este campo no hay límites.
Olvídense de la segunda parte de la regla trascrita, la de la confiscación del aparato, que ella sola puede generar sesudos debates jurídicos. Y centrémonos en lo importante:
¿Por qué hemos llegado a esta situación? Se lo diré claramente: PORQUE SOMOS G……. DIGO TONTOS ¿Que no? Vean, vean…
Ahora socialmente no está bien visto eso de ponerle puertas al campo, porque nos dicen que las nuevas tecnologías deben estar al alcance de todos ilimitadamente. “Que no son malas, oiga, que todo se reduce a inculcar hábitos correctos de uso responsable” ¿Les suena?
Porque somos tan simplones que pensamos, y además nos lo creemos, que un mico de catorce años ya está maduro para manejarse por esos mundos de internet.., y para salir hasta las dos de la mañana.
“Porque no, de verdad, que no: mi hijo/a no fuma, no bebe, no va con malas compañías, jamás le faltaría al respeto a nadie, no habla como un camionero, no mantiene relaciones sexuales. Es una persona muy responsable…” ¿Quien no ha dicho u oído frases similares? Nuestros cachorritos siempre son ejemplares. Pues aparte de seguir siendo los últimos en enterarnos de todo lo anterior, añádanle el no tener ni papa sobre lo que hacen sus retoños en el mundo cibernético.
Porque te sientas a ver Los Picapiedra con tus hijos, y mientras tú te tronchas ellos dicen “jo, que rollo”… y no te preocupas.
Porque los Simpson se empezaron a emitir en horario adulto y ahora casi casi son una sección de Barrio Sésamo.
Porque la sociedad en general, medios de comunicación, publicidad, cine o televisión empujan a niños y adolescentes a una realidad en la que todo llega antes de tiempo y en la que todo está al alcance de la mano o de un click.
Porque si bien es cierto que el móvil puede ser necesario, por ejemplo, para saber si mi hijo/a ha llegado ya a casa del colegio, resulta que no le compro un terminal básico, de esos de simplemente para llamar y recibir llamadas, no señor. Le compro un Smartphone con conexión a internet porque así me manda un güasshappp para decirme que está bien, que es gratis y no nos cuesta un duro. Y además el cacharrito hace hasta pollo al ast (bueno, realmente no lo hace, porque todavía no han resuelto como meter y sacar el bicho del teléfono, pero todo llegará. Quizás dándole más potencia a la aplicación esa de linterna y moviendo el terminal de arriba abajo varias veces por delante del pollo…).
Porque mientras se recomienda encarecidamente que el ordenador no esté instalado en el cuarto del nene, porque así le tengo controlado, en cuanto el pollo sale por la puerta resulta que con su Smartphone puede hacer lo que le venga en gana sin ningún tipo de control.
Porque ahora la gente es incapaz de soltar el móvil o el tablet ni siquiera cuando se sienta en el trono (bueno, bien mirado eso es una ventaja, porque acabas y te lo llevas. No acumulas revistas, libros y periódicos en el suelo o sobre la tapa del bidet).
Porque nadie parece darse cuenta, salvo los cuerpos y fuerzas de seguridad, que buena parte de las burradas más burras relacionadas con redes sociales tienen que ver con menores de edad, mucho, pero mucho más que con mayores de edad. Pero claro, la idea de subir a los 18 el permiso para utilizar redes sociales es carca, no es moderno, es facha, retrógrado…
Porque los padres somos los primeros que les abrimos cuentas a nuestros hijos en el Messenger o en cualquier otro lado a los doce años, a los once… Total, si le llega publicidad de un producto de esos que alarga el pene, como no lo van a entender, pues no pasa nada… si casi casi ya lo ven en Disney Channel.
Porque cuando gente como la AEPD sugiere implantar el @DNI como medio para controlar la edad de las personas que quieren abrirse una cuenta en una red social o adquirir lo que sea vía comercio online, se les tilda de exagerados y de cercenadores del progreso.
Porque mientras el libro electrónico causa furor entre los cuarentones, los jóvenes solo quieren unaipadsspajugarychatear.
Porque si los tecnológicos, que se supone que somos los que entendemos y comprendemos estas cosas, somos los primeros que no podemos vivir sin las redes sociales, sin estar toooodo el santo día viendo si me han entrado mensajes en el twitter, con el tweetdeck constantemente haciendo pip pip, mirando cada dos por tres las estadísticas de las vistas de la útima entrada del blog, contándole a la gente, profesionales hechos y derechos, que “salgo de clase y entro en Rodilla a tomarme un sandwich” o “ me como los mocos mientras espero en la parada del metro”, ¿cómo puñetas no se va a enganchar un mico de quince años, que acaban de dejar a sus amigos y ya está dándole a los pulgares y sacando humo del teclado de su blackberry?
Porque si a los padres cibernéticos nos pasan con nuestros hijos muchas de esas cosas, cómo no le van a pasar a los padres no tecnológicos (acuérdense aquí de los padres olvidados, la generación del NODO (Para los menores de…mejor no decirlo: NODO = Noticiario y Documental + la peli buena + complemento, que era otra peli, pero a la que siempre le faltaba un cacho por eso de ajustar las sesiones) de los que hablaba Javier Sempere en Winchester 73 esta misma semana) éstas y más cosas.
¿Hace falta que siga? Yo creo que no. Pues lo dicho: Hemos llegado hasta aquí por G………. TONTOS.
José Manuel Sanz
4 de octubre de 2012 @ 13:18
Un comentario más que acertado. Pero una apreciación, no somos tontos.. somos gilipollas, con todas las letras.
Dudo mucho que un niño de 8 o 9 necesite para nada y menos en horario escolar un móvil. Hemos de poner un poco de sentido común y la educación que se de a los hijos en casa, ha de incluir el acceso a recursos IT. Pero dejando claro y enseñandoles que son y como se usan.
Mi hijo con 6 años, es capaz de usar una tablet e incluso navegar por un móvil, pero siempre bajo supervisión y a ratos. Hay que enseñarles que todo lo que hay en Internet no tiene por qué ser verdad ( esta es una pregunta que me hizo un día mi hijo).
Yo soy tecnófilo convencido pero sigo pensando que todavía le queda mucho que aprender a mi hijo de los libros antes de empezar a usar un ebook.
No pensemos que nos verán como dinosaurios, sino pensemos que valorarán más el acceso a recursos IT si realmente saben como funcionan y que son.
Alfonso Pacheco
4 de octubre de 2012 @ 15:12
José Manuel, comparto totalmente
Gracias por leer la entrada y compartir tus reflexiones
Alfonso